ZP en el banco

Zapatero entra en un banco y con esa sonrisa suya tan tranquilizadora como un batín de seda, se dirige con paso decidido hacia la pecera blindada del cajero.

ZP: Buenos días probo trabajador. Necesitaría retirar algún dinero.

Cajero: Naturalmente. ¿Me muestra el DNI?

ZP: Bueno verá, acabo de darme cuenta de que no lo llevo.

Cajero: En ese caso no podré atenderle

ZP: Disculpe que le haga una pequeña observación; resulta que yo soy el presidente del gobierno.

Cajero: En efecto, se parece usted al presidente del gobierno. Yo juraría, incluso, de que no hay ninguna duda de que es usted Jose Luis Rodriguez Zapatero, pero como comprenderá, sería irresponsable por mi parte no seguir el procedimiento.

ZP: En ese caso tendré que enviar el coche a la Moncloa a ver si mi mujer sabe donde he podido dejar el dichoso documento.

Cajero: Quizá no sea necesario que se tome usted tantas molestias. Ayer mismo por ejemplo, Ronaldo estuvo aquí y se encontró con el mismo problema. Menos mal que había un niño con un balón y el futbolista nos deleitó con una demostración de habilidades que disipó todo misterio. No nos quedó duda de que aquel señor rapado era Ronaldo en persona, y naturalmente le dimos su dinero.
Usted quizá podría hacer lo mismo; improvise, no se, un discurso, una proclama, alguna arenga y comprobaremos que es quien dice ser para poder satisfacerle.

ZP: Hombre, la cosa es que así, a bote pronto, la verdad, no se me ocurren mas que gilipolleces.

Cajero: ¿Como quiere el dinero señor presidente, en billetes grandes o pequeños?